La pretensión de este blog no es ni más ni menos que traer la Historia a aquellos que no gustan de ella bien porque creen que es aburrida, porque se le hace un tostón una lista de nombres y fechas o porque sencillamente de pequeños tuvieron que soportar un profesor monótono y pesado que les hizo odiar esta asignatura. Quiero, con un lenguaje sencillo, de la calle y divertido, contar la Historia del mundo como si fuera una anecdota entre amigos o colegas sobre cosas que hubieran pasado en el barrio hace unos días. Es por eso que esto no es una Historia sino una "Histeria" Universal.

18 de septiembre de 2010

Egipto. Renacer de las cenizas

Egipto.

El Primer Periodo Intermedio.

Ratones que se creían leones. Los pequeños faraones memfitas.

Continuo con la historia de Egipto por acabar con el III milenio antes de avanzar.

Dejamos al Egipto del Imperio Antiguo sumido en una crisis profunda a la muerte del anciano Pepy II. La revolución antirreligiosa y el poder de los nomarcas no permitían que los hijos del difunto faraón recuperasen el trono. En Menfis sin embargo se creó una especie de comité de consejeros que adoptaron el titulo de faraón aunque no ejercieron como tales. La VII Dinastía se fundó en 2180 a.C. por un tal Necherkara que debió ser el nomarca de Menfis. Ésta duró unos once años y se sucedieron once reyezuelos lo que supone que el cargo seria anual.

Hacia el 2170 los nomarcas de Coptos en el Alto Egipto añoran la estabilidad del Imperio y ponen en el trono de nuevo a alguien de la anterior familia reinante. Su nombre seria Pepyseneb (Pepy es fuerte) y gobiernan durante 13 años como la VIII Dinastía. Las tribus del Sinaí aprovecharon el caos para realizar incursiones en el Delta y llevarse todo lo que podían, sobre todo ganado y comida. En los límites del Delta había una ciudad llamada Henen-nesut (Heracleopolis en griego) y de allí surgió un hombre que tras dar un golpe de estado depuso al faraón Neferirkara II. Su nombre era Jety y aunque solo arrastró a la región cercana a su ciudad, que no debía ser un territorio pequeño, instauró una nueva dinastía, la IX.

Jety no era un buen hombre y la lió parda por todo Egipto. El personal no estaba contento con él pero que remedio les quedaba. Llegó a volverse loco y tras diez años de pillaje y despilfarro fue merienda de un cocodrilo que se lo zampó en el Nilo. Seguro que muchísimos egipcios se alegraron. Le siguieron varios faraones sin importancia, algunos cuyos nombres ni siquiera se conocen completamente al faltar trozos de su nombre. El último de esta dinastía solo se conoce por una letra, la H, con la que comenzaba su nombre. Dejó de reinar en 2100 a.C. y le siguió durante 60 años la X Dinastía que solo fue la continuación de la anterior hasta 2040 en que Merykara fue depuesto.

El Imperio Medio.

Vuelve la gloria.

Tebas era una ciudad del Alto Egipto situada en el curso medio del Nilo. Donde hoy se levanta la famosa ciudad de Luxor, en la llamada por los egipcios Uaset, el nomarca Intef hijo de Iku decidió que ya estaba bien. Corría el año 2120 y la IX Dinastía era gobernada por Jety IV. Ya hacia unos años que Intef había estado molestando a las dinastías anteriores pero solo era una chinita en el zapato del rey de turno. En este año Intef decidió que ya no rendía pleitesía a la dinastía menfita y se declaraba fuera de la corona. Su hijo Mentuhotep I se coronó faraón en 2119 pero no era más que un titulo que él mismo se dio ya que aun estaba Egipto roto en muchos reinos sin importancia. Su hijo Intef I (aunque su abuelo se llamaba como él, este fue el primer faraón en llevar ese nombre) logró reunir bajo su mando a todos los nomos del sur unificando de nuevo el Alto Egipto. Se enfrentó a Neferkara de Heracliopolis en varias escaramuzas, mientras Egipto se moría de hambre. El Nilo seguía desbordándose anualmente pero nadie recogía las cosechas porque estaban enrolados en el ejercito o eran saqueadas para alimentar soldados. Tras muchas pequeñas batallas entre el Alto y el Bajo Egipto, Intef saldrá vencedor pero fallecerá sin ver culminado su deseo de unir todo el país del Nilo. En 2103 a.C., un hermano del monarca adoptó su mismo nombre y se coronó como Intef II. Mantuvo cierta paz con el faraón de Heracliopolis solo quebrada cuando se hizo con la ciudad de Abidos. Poco a poco fue acercando su territorio al Delta. Otro monarca pacifico fue su hijo Intef III (2054-2046 a.C.)

Pero llegó por fin Mentuhotep II, hijo del anterior, y cuando llevaba catorce años reinando logró vencer por fin al último faraón de la X dinastía heracliopolitana, Merykara. Se adentró entonces en el Delta y fue reconquistando ciudad a ciudad y nomo a nomo (provincia) premiando a quien se le sometía y castigando a quien se le resistía. Expulsó a los libios al oeste y a los beduinos a este de sus fronteras y volvió a abrir las rutas caravaneras hacia el Sinaí. Puso su capital en Tebas, en el Nilo central, desde donde gobernaba centralizando el poder en su persona y delegando en nomarcas que le debían obediencia plena. Tras cincuenta años murió y le sucedió su hijo, llamado también como él, en 1995 a.C.

Mentuhotep III continuó la política de su padre. Era bastante mayor cuando fue coronado. Fijó su mirada en el sur, en la tierra de Punt, Somalia. Envió una expedición marina para aprovisionarse de madera para lo cual movilizó a 3 mil hombres. Instauró en todo Egipto el culto al dios de su localidad natal, Amón. En 1983 le sucedió Mentuhotep IV que reinó hasta 1976 a.C. siendo el último faraón de la XI dinastía.

No se sabe si Mentuhotep murió de muerte natural o tuvo algo que ver su visir Amenemhat, lo cierto es que los nobles de Tebas no lo aceptaron nunca y tuvo que trasladar su capital hacia el norte. Amenemhat I (Amón es el primero) reabrió relaciones comerciales con el Egeo y con Fenicia. En 1971 nombró a su hijo corregente ya que él estaba en permanente lucha para mantener su poder en los nomos. Cuando el padre en 1947 a.C. muere asesinado es coronado como Senusert o Sesostris I . Las vicisitudes de aquella conspiración se relatan en la llamada “Historia de Sinuhé”. Allí se cuenta en primera persona la aventura del tesorero de Sesostris que se entera sin querer de la conspiración para asesinar al padre de éste. El corregente está en campaña en Libia y a él corre Sinuhé a contar que uno de sus príncipes es el traidor pero antes de llegar le adelanta el correo real que lleva la noticia de la muerte del faraón. Temeroso de que el conjurado le elimine para ocultar su felonía y de que el faraón le castigue por no haber llegado a tiempo de descubrir la trama, Sinuhé huye a Siria donde vive al amparo del rey Amuneshi llegando a ser su yerno y general de sus ejércitos. Cercana su muerte envía una carta a su faraón pidiéndole disculpas por su falta y éste le perdona y le pide que vuelva a Egipto para morir en su tierra y ser enterrado en suelo sagrado con los suyos.

Esta novela es una de las primeras de la literatura universal y uno de los mayores logros de la egipcia en particular. Ha llegado hasta nosotros y tanto impactó por la descripción de lugares, costumbres y personas, así como del pensamiento de los egipcios que en 1945 el escritor finlandés Mika Waltari se basó en ella para su novela Sinuhé el egipcio llevada al cine en 1954 por de Michael Curtiz (director de Casablanca) y protagonizada por Victor Mature y Jean Simons.

Entre 1925 y 1872 a.C. se suceden dos faraones descendientes de Sesostris. A partir de ahí reina el gran Sesostris III, bisnieto de aquel. Este rey conquistó el país de Kush, el país de los negros o Sudán. En una estela que hizo colocar en la frontera escribió lo siguiente:

Yo establecí mi frontera remontando el río más arriba que mi padre. Soy un rey que no solo habla, sino que actúa; Me llevé como botín de guerra a las mujeres nubias. Bebí sus aguas. Maté sus toros. Arranqué y quemé sus cereales..."

Quitó todo el poder a los nomarcas e incluso el privilegio de ser enterrados en suntuosas tumbas. Su hijo Amenemhat III (1852-1797 a.C.) acabó las fortalezas de Semna y Kumma desde donde dominaban Kush y vivió un periodo de paz y prosperidad. Su hijo Amenemhat IV que solo gobernó 8 años y falleció sin hijos varones, dejó a su hermanastra Neferusobek como reina siendo la primera gobernante femenina en 1500 años.

Finaliza con ella la XII dinastía que devolvió a los faraones su poder y unificó de nuevo el país.

Conclusión

El III Milenio antes de Cristo concluye en Egipto con un Imperio que mantiene en gran medida las costumbres y ritos del viejo reino. Acrecienta su poder interno y aumenta los territorios al sur conquistando Nubia. Este poder que se acrecienta en periodos de crisis, se mantiene estable durante algunas generaciones que viven en paz y prosperidad pero decae cuando los gobernantes se sienten tan seguros que delegan sus poderes para dedicarse al ocio heredado de su bienestar. En resumen, el abuelo levanta el imperio a golpe de espada y sudor, el hijo lo mantiene y acrecienta y el nieto se lo funde. Este segundo milenio entra en Egipto de manos de unos reyes empobrecidos y escondidos en pequeños territorios y de unos reyes extranjeros venidos del desierto del Sinaí que les impondrán un gobierno férreo y vergonzoso para aquellos que se creían los dioses de la tierra.

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