La pretensión de este blog no es ni más ni menos que traer la Historia a aquellos que no gustan de ella bien porque creen que es aburrida, porque se le hace un tostón una lista de nombres y fechas o porque sencillamente de pequeños tuvieron que soportar un profesor monótono y pesado que les hizo odiar esta asignatura. Quiero, con un lenguaje sencillo, de la calle y divertido, contar la Historia del mundo como si fuera una anecdota entre amigos o colegas sobre cosas que hubieran pasado en el barrio hace unos días. Es por eso que esto no es una Historia sino una "Histeria" Universal.

21 de julio de 2010

Arenas Sagradas. Egipto Arcaico

Egipto y el Nilo


Egipto, cuna del saber, de la medicina, de la astronomía, de la arquitectura y vaya por dios, de las matemáticas. El Egipto antiguo era en sí un río, el Nilo, rodeado a ambos lados de uno de los desiertos más inhóspitos de la tierra. El desierto libio, el extremo oriental del Gran Sahara, es cruzado por el único gran río africano que fluye hacia el norte dando a sus orillas un verdor y una fertilidad enormes gracias a las inundaciones anuales que cubren varios kilómetros a ambos lados del río y que desemboca en multitud de brazos que atraviesan un enorme delta que como una Venecia gigantesca se asoma al Mar Mediterráneo. Debido a lo extremo del clima que lo rodea, los egipcios apenas tuvieron relación con sus vecinos durante la prehistoria. Kemet, la tierra negra, es como llamaban los egipcios a Egipto. Por el contrario, todo lo demás, tanto el desierto que les rodeaba como cualquier país extranjero era para ellos ‘Desheret’, la tierra roja (de ahí proviene la palabra desierto).


El Iteru, como llamaban al Nilo, era la columna vertebral del Imperio que estaba a punto de comenzar. Una gigantesca autopista acuática por donde fluctuaba la ruta comercial entre los dos reinos que se habían formado en la segunda mitad del IV milenio a.C. La economía de Egipto se basa en la agricultura y el ciclo vital se dividía en tres: Akhet (Junio-Septiembre) era el periodo de la gran inundación, Peret (Octubre-Febrero) era el periodo de la siembra después de esperar que el agua se drenara y de labrar el rico lodo que dejaba el río, y por último Shemu (Marzo-Mayo) que era el periodo de la cosecha. Egipto siempre produjo, gracias a la precisa y segura inundación que siempre solía ocurrir en los mismos días, mucha más cosecha de cereales de la que eran capaces de consumir, por lo que comenzaron a comerciar con sus vecinos del Mediterráneo (Chipre y costa Palestina).


Egipto se dividía en 42 provincias o nomos gobernadas por un administrador o nomarca representante del Faraón. Cada nomo debía pagar un tributo en especie o en trabajo al Faraón según su producción, que los recaudadores acumulaban para cuando el Tyaty o Visir viniera a recogerlos. Además el estado exigía que durante algunas semanas, normalmente coincidiendo con la inundación en la cual no se podía hacer nada, una persona de cada casa tenia que trabajar para el estado en obras públicas.



Las dos coronas


Durante la etapa predinástica, sobre el 3500 a.C., los habitantes del delta iniciaron un sistema feudal y fundaron dos reinos separados por uno de los brazos del Nilo. El reino del Junco que estaba en una zona pantanosa y húmeda, y el reino de la Abeja situado en lugares más altos pero sumamente fértiles. El reino de la Abeja conquistó al del Junco y unificó el delta creando el Bajo Egipto. Los que huyeron remontaron el río y fundaron un nuevo reino, el Alto Egipto. Reprodujeron su vida en el delta e incluso bautizaron sus ciudades como las que dejaron atrás y por eso se repiten muchas en ambos reinos.


El Bajo Egipto, llamado así por estar en el curso bajo del río, llegaba desde las orillas del Mediterráneo hasta la ciudad de Memphis (a unos 40 Km del actual Cairo) y el Alto Egipto de allí hasta la primera catarata (actual presa de Asuan). El rey del Bajo Egipto tenia como símbolos reales una corona de color rojo, el desheret, formada por un gorro bajo con una especie de larga peineta hecha de material vegetal teñido, con una especie de varilla rizada en la punta que salía hacia delante y en la frente un áspid (serpiente) y se sentaba sobre un trono decorado con plantas de papiro. A su vez, el rey del Alto Egipto se tocaba con una corona blanca formada por un alto gorro cilíndrico acabado en punta redondeada llamada hedyet. Su trono estaba rodeado de lotos tallados.


En Tinis, una ciudad en mitad del Alto Egipto, surgió un rey llamado Narmer. Corría el año 3050 a.C. y descendió por el río para tomar al Bajo Egipto por la fuerza de las armas. Así controlaba las rutas comerciales del Mediterráneo y el Sinaí, además se cobraba la venganza sobre los conquistadores de sus antepasados. Narmer fundó una ciudad en la frontera entre ambos reinos para indicar a los del delta que él era su amo. Esta ciudad no es otra que Memphis. Se convirtió en el primer faraón de Egipto. La palabra faraón proviene de la pronunciación hebrea para ‘peer-a’ que significa Gran Casa, nombre con que se designaba la residencia del rey y, por asimilación, al que residía en ella. Narmer murió en el 3007 cuando estaba de cacería y lo atacó un hipopótamo, curiosamente el animal que aun hoy día mata a más personas en África.


Le sucedió su hijo Aha que además era médico. Aha murió en 2975 después de haber incluso escrito un tratado de cómo abrir cuerpos (vamos que te sajaba como una aceituna en menos que canta un ibis). Parece ser que le sucedió como regente su esposa Neithotep que era del Bajo Egipto y que se casaría con él como medio de ser aceptado por sus vasallos. Sin embargo quien reinó al año siguiente fue el hijo de una de sus concubinas llamada Jenetap, quizás por ser mayor y necesitar ya un gobernante varón o simplemente porque se sentó en el trono y no había quien se lo quitara. Su nombre era Dyer y se casó con una princesa llamada Merytneit (por su terminación ‘Neit’ también seria del Bajo Egipto ya que Neit era una diosa venerada allí). Dyer subió por el Nilo hasta la segunda catarata adentrándose en Nubia, un reino entre Egipto y Sudan habitado por gente de raza negra que los egipcios llamaban ‘Ta-Seyti’, tierra de la gente del arco, ya que ellos no solían pelear con esta arma. Les dio un cachete y se volvió con lo que pilló, probablemente también para asegurarse los bosques de ébano que había en la región.


Merytneit le sucedió cuando Dyer murió en 2927 y mientras su hijo Dyet crecía lo suficiente como para subirse al trono de loto y papiro. Pero Dyet duró poco y murió en 2914 sucediéndole su hermano Den (su madre estuvo también de regente con él mientras se hacia mayor, por eso Merytneit se enterró con los honores de un faraón). Este Den era un personaje o su madre le tuvo que enseñar bastante porque hizo muchas cosas. Aparte de acabar con la hambruna que asoló el país durante el reinado de su hermano, el faraón niño, ordenó censar a todos los ciudadanos y su ganado, quería saber sobre cuanta gente iba a reinar y de que carne disponía. Como en el Sinaí había minas de malaquita y de ahí extraían cobre, Den se fue hasta allí a reclamar el territorio. Para que todos los egipcios le vieran como su faraón independientemente de si era del Bajo o Alto Egipto, unió las dos coronas en una, combinándolas. Así rodeó el casco blanco del Alto Egipto con el gorro con peineta rojo del Bajo y creó el ‘sejemty’ y se proclamó faraón de todo Egipto. Se hizo enterrar, como su hermano, con 130 criados asesinados para que le sirvieran en la otra vida. Un angelito. Celebró por primera vez la fiesta ‘Heb Sed’ que era como un jubileo cuando se cumplen 30 años de reinado y se hacia para renovar el poder del faraón.


En 2867 le sucedió su hijo Adyib que ya debía ser muy mayor. Celebró un Heb Sed pero no por llevar 30 años de reinado sino porque estaba tan viejo que pensaron que así se rejuvenecería. Pero no lo hizo y se murió en 2861 (se le había pasado el arroz y cascó pronto). Ahora viene una cosa curiosa que solieron hacer muchos faraones posteriores. Cuando el sucesor de Adyib subió al trono ordenó que se borraran los cartuchos con el nombre del faraón muerto. Era una manera de hacerlo desaparecer para siempre. Los egipcios que eran muy listos sabían que la vida eterna pasaba por ser recordado. Los hombres sin nada pasaban por la tierra y desaparecían sin más. En dos generaciones nadie les recordaba. Alguien importante necesitaba perdurar en el tiempo dejando sus estatuas, grabados sus nombres, etc. Borrarlos era desaparecer. Cualquiera de nosotros trata de recordar a sus antepasados y de que sus descendientes le recuerden, dejando fotos u obras de cualquier tipo. Cuando olvidamos el nombre de un bisabuelo o se pierde su recuerdo, es como si jamás hubiera existido y eso los egipcios, que llevaron la creencia en el más allá a su máxima expresión, lo sabían.


Semerjet, posiblemente hijastro de Adyib, usurpó el trono, y una serie de ‘prodigios’ y catástrofes hicieron peligrar su cabeza. El Bajo Egipto de rebeló varias veces. Cinco años después de subir al trono, en 2857, murió sin pena ni gloria. Su sucesor fue Qaa y probablemente era hijo o hermano de Adyib. Se vengó de Semerjet haciendo lo mismo que él hizo, borrando su nombre. Qaa tampoco hizo mucho y murió en 2828 a.C. dando por finalizada la I Dinastía de Egipto.



La primera gran crisis en el Imperio



La II Dinastía comienza con una invasión militar del delta para devolver la normalidad a la región que se había rebelado gracias a los años de revuelo en el trono de loto y papiro. El jefe de esa operación militar era posiblemente un general del faraón fallecido que se casó con una de sus hijas. Su nombre anterior no se conoce, pero cuando apaciguó el delta se coronó faraón con el nombre de Hetepsejemuy ‘Los dos poderes están en paz’. Reinó durante 28 años hasta que su hermano inició una revuelta palaciega para derrocarlo.


Pocas cosas se conocen de los faraones de esta dinastía mas que sus nombres y algunas construcciones donde sus funcionarios estamparon sus cartuchos con cilindros de hueso (que empezaron a usarse con Hetepsejemuy). Los faraones de estas dos dinastías se enterraban en las ciudades de Abydos en la primera catarata y en Naqqara, junto a Memphis. Aun no construían pirámides y se enterraban en el suelo bajo una construcción llamada mastaba (es como una pirámide a la que se le quitaran tres cuartos de la parte superior y quedara solo la base). Los cementerios se levantaban en la orilla occidental del Nilo, donde se ponía el sol y se creía que navegaba el dios Osiris en su barca del sol por el inframundo para volver a salir por el Este al día siguiente.


En el mito de Osiris puede leerse la historia de la formación del Imperio. Osiris era el hijo de Geb (dios con forma humana pero de color verde que simbolizaba la tierra) y Nut ( diosa del cielo simbolizada por una mujer con los pies y las manos en la tierra y el cuerpo arqueado y cubierto de estrellas bajo la cual se desenvolvía la vida). Geb y Nut eran hermanos y sin embargo se liaron. Se liaron y se liaron tanto que Nut se quedó embarazada. El padre de Geb y Nut, Shu (el aire) había recibido una advertencia del dios Ra (el sol, creador del mundo cuyo nombre real era desconocido por todos ya que si algún día se descubría el mundo desaparecería. Ra era el nombre que los egipcios daban a los rayos que emanaba del dios). La advertencia era que si el cielo y la tierra se unían el caos se adueñaría de la tierra. Shu se llevaba todo el santo día detrás de sus hijos para separarlos a pesar de que él mismo se había casado con su hermana Tefnut (la humedad de la mañana nacida de la saliva de Ra). Pero claro, Shu no podía estar a todo y en cuanto se despistaba ¡zas!, los niños se liaban.


El caso es que cuando Ra se enteró no veas la que se lió. Tanto que prohibió que diera a luz en ningún día del año. En aquella época el año egipcio tenia 360 días y Thot (dios de la sabiduría con cabeza de ibis) que era un dios lunar y le ganó cinco días a la luna en una partida para que Nut pudiera dar a luz fuera de los días de Ra. En estos cinco días nacieron Osiris, Seth, Isis y Neftis.


Osiris, que nació como hombre y que creó la nación egipcia y les enseñó todo, se supone que es la representación de los reyes predinásticos como el Rey Escorpión.


Seth, con extraña cabeza animal de color negro, hocico curvado hacia abajo y orejas cuadradas, señor del mal y de las tinieblas, del desierto y la sequía. Era venerado en parte del delta del Nilo. Envidioso de Osiris lo engañó para matarlo y lo descuartizó, repartiendo sus trozos por todo el sur de Egipto. Isis, hermana y esposa de Osiris lo buscó por todas partes y reunió todos los trozos. Anubis, dios de los muertos hijo de Neftis y de su hermano Osiris (aunque era la mujer de Seth, como éste no podía tener hijos, se enrolló con Osiris, como para no matarlo), ayudó a Isis a embalsamar a Osiris y desde entonces se hizo un dios y su piel se volvió verde como la de los cadáveres. Isis quedó embarazada de Osiris y dio a luz a Horus, el dios con cabeza de halcón. Horus era venerado principalmente en el Alto Egipto y cuando fue mayor de edad se enfrentó a su tío Seth y lo expulsó al desierto. Este mito recuerda la historia de la unificación del delta primero y expulsión de los rebeldes hacia el sur y luego como volvieron y conquistaron el delta y reunificaron todo Egipto.


Siguiendo con la II Dinastía, en 2800 Nebra sigue a Hetepsejemuy, posiblemente fuese el hermano traidor. En 2785 le siguió Nynecher y en 2742 fue Uneg. Senedi subió al trono en 2735 y a su muerte el imperio se dividió. Neferkara gobernaba el Alto Egipto en 2724 y a partir de 2719 Neferkarasokar gobernaba el delta en su nombre aunque era considerado faraón. A Neferkarasokar le sucedió Hudyefa. Entonces subió al trono del alto Egipto Jasejem en 2709 y consiguió volver a unificar los dos Egiptos. Cambió su nombre a Jasejemuy que quiere decir ‘los dos poderosos resplandecen’. Casó con una princesa del Bajo Egipto y reinstauró el culto compartido a Horus y Seth. Con su muerte en 2682 finaliza la dinastía y el periodo arcaico o Tinita de Egipto. Va a dar comienzo la III Dinastía y el Imperio Antiguo.

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