Habíamos pasado de puntillas por el lejano Oriente, en el que también había gente oye. Esa gente vivía, como no, a orillas de un gran río, en su curso bajo. Vemos que en el fondo la Humanidad no copia en estas épocas tan primitivas sino que, primero, busca condiciones y paisajes similares que les resultan agradables para vivir y segundo, a semejantes condiciones, semejantes problemas y por consiguiente, semejantes soluciones.
En el territorio de la actual China se asentaron los Homo Sapiens hace unos 40 mil años. Su aspecto físico seria muy semejante al de los habitantes de Europa. Morenos y de piel curtida por el sol, llevarían una existencia cazadora-recolectora al igual que los del resto de Sapiens del mundo. Vagarían en busca de comida entre la gigantesca pared de piedra de los Himalaya al norte y las orillas del Océano Índico al sur, a través de un pasillo surcado por multitud de ríos que bajan desde la cordillera más alta del mundo.
El río elegido para iniciar el Neolítico en oriente fue el Huang Ho o Río Amarillo que fluye hacia el este desde la cordillera del Himalaya haciendo un lazo enorme hacia el norte para regar el borde este del desierto del Gobi, el más extremo y exótico del mundo. En su curso final es un valle muy llano y extenso que desemboca en el Mar Amarillo. Allí se asentaron los chinos neolíticos allá por el 4500 a.C. e iniciaron una cultura basada en el cultivo de arroz y la domesticación de un animal que alimentará durante miles de años a la humanidad, el pollo.
A esta cultura se le llama Yangshao y es heredera de una cultura anterior unos mil años que en el curso medio de ese mismo río, en aquel lazo que bordeaba el Gobi, cultivaban mijo y domesticaron perros y cerdos (para el mismo fin, es decir, para comérselos. “Pelo güeno, lico, lico” diría un cocinero de fama de Yangshao). La diferencia entre estos primeros chinos y los Yangshao es que estos últimos construyeron las primeras aldeas. Un ejemplo es la de Bampo, construida dentro de una empalizada y rodeada de un foso. Tenia una construcción grande comunitaria de paredes de troncos y ramas revestidas de barro por fuera y por dentro y de forma rectangular. Un pequeño vestíbulo daba paso a una gran sala con un hogar en el centro y un banco para dormir separados del suelo. La cubría un techo en forma de pirámide de paja trenzada. Alrededor había pequeñas casitas individuales. Fuera del recinto había hornos y un cementerio para adultos ya que los niños se enterraban en vasijas dentro de la casa. Aún no conocían el torno de alfarero.
En la zona de Indochina se cultivan desde la misma época guisantes, habas y judías.
La cultura Yangshao evoluciona al unirse a otras dos culturas que habían nacido en sus fronteras. En la península de Shandong, donde desemboca el río Amarillo, estaba un pueblo dedicado a la pesca en las marismas del Mar Amarillo, los Dawenkou. Y al norte, al otro lado del Mar Amarillo, en la desembocadura del río Liao (y no es que el río tenga mucho que hacer, es que los chinos como sabéis hablan así de raro) a su vez florece una cultura dedicada a fabricar objetos de jade y que ya tenían una élite gobernante en tres niveles de jerarquía.
La cultura que a partir del 2000 a.C. reúne a estas tres se llama Longshan y cubre casi la totalidad de la Llanura del Norte de China (ver el mapa para localizar todas estas culturas). Prácticamente se dedican a cultivar arroz en terrazas anegadas por el río. Usan objetos de cobre y comienzan a formarse ciudades como tales. Un siglo más tarde se inicia una despoblación de la zona quizás debido a hambrunas persistentes y los chinos de entonces en vez de montar bazares se marcharon hacia el interior. Allí iniciaron una cultura llamada Erlitou que construyó dos grandes palacios y dio comienzo a la primera dinastía llamada Xia.
La historia de la dinastía Xia se enmarca casi en la leyenda y no hay constancia de la verdadera existencia de sus emperadores.
Las tribus que formaban la cultura Erlitou se alternaban en el poder sobre las demás y su gobernante habitaba el palacio real. Según cuentan las leyendas, uno de esos reyes llamado Yao ordenó a un tal Gun que hiciese un sistema para controlar las inundaciones del río Amarillo. El siguiente gobernante, Shun, ordenó ejecutar a Gun por que no supo cumplir su cometido. Yu, el hijo de Gun, tomó el relevo. El trabajo le llevó trece años durante los cuales dicen que pasó solo tres veces frente a su casa y no entró para no entretenerse ni se le pasase por la cabeza abandonar. Realizó una serie de canales que aprovechaban el agua de las inundaciones para regar extensos arrozales. Shun quedó tan impresionado que le nombró sucesor. Se cree que gobernó durante 45 años y que murió durante una cacería. Le llamaron Yu el Grande y a su muerte le sucedió su hijo Qi (como hoy, no se complicaban buscando nombres).
Cuentan que Qi nació estando su padre controlando una de esas terribles inundaciones y que Yu solo había estado con su mujer tres días (quizás de ahí el apodo de Grande). Yu tenia la intención de pasarle el trono al que le tocaba de la siguiente tribu pero los ancianos decidieron que le correspondía a su hijo en señal de respeto a su padre. De esa forma se convirtió en una dinastía. Qi gobernó diez años y le sucedió Tai Kang, su hijo, que se dedicó a cazar y cazar y no hizo nada más en los diecinueve años que reinó. Tan ausente del reino estaba que su hermano Zhong Kang decidió que ya estaba bien y lo derrocó dejándole por ahí cazando. Tai se murió unos años después ahogado en un lago, imaginaos qué hacia. Sí, sí, cazar. Zhong gobernó 13 años y le siguió su hijo Xiang que era un gallito y se dedicó a pelearse con todo lo que le rodeaba hasta que un tal Han Zhuo se rebeló y le dio guerra durante veinte de los veintiocho años de gobierno. Hasta tal punto llegó la pelea que a Zhong le costó la vida. Eso sí, su hijo y heredero le vengó restaurando la dinastía en el 2079 a.C. Cuando Han Zhuo envió a sus hijos, que eran los que le repartían el bacalao, a matar a Zhong, su esposa que estaba embarazada se escapó por un boquete de la pared que habían abierto los perros (seguro que días antes había puesto el grito en el cielo al ver el agujerito).
Escondidos entre unas tribus del norte creció el pequeño Shao, dejando a Han convencido de que había matado a toda la familia. En unas tierras que le dio el rey de aquella tribu que le acogió y con dinero y armas del primer ministro de su padre, fue creando un territorio propio. China era un enorme territorio vacío y como premio los reyes solían regalar terrenos enormes a sus generales para que los poblaran y cultivaran.
Shao se aprovechó de que Han era un rey malísimo con su gente y fue enviando gente para que le hiciera publicidad en los antiguos territorios de su familia, así cuando marchó con su ejercito hacia la capital la gente se le arrodillaba como su rey y le abrieron las puertas. Una lección de marketing magistral que hizo que Han se suicidara en el palacio cuando se vio solo ante Shao que venia con ganas de hacérselo pasar mal (antes ya les había dado lo suyo a los dos niños de Han).
Reinó durante veinte años. Le siguieron, entre 1985 a.C. y 1600 a.C., once emperadores: (pongo aquí sus nombres por si os interesa) Zhu, Huai, Mang, Xie, Bu Jiang, Jiong, Jin, Kong Jia, Gao, Fa, y Jie.
Durante el reinado de Jie que era un bicho corrupto y depravado que además tuvo la desgracia que vivir el invierno volcánico del año 1628 a.C. cuando explotó el volcán de Thera (isla Santorini, Grecia actual). Fue un año sin verano donde hubo nieve y hielo en Julio, lluvias torrenciales que destruían edificios y alternancias de calor/frio extremas. Una catástrofe que hizo que sus vasallos se rebelaran ante el hambre del pueblo y el pasotismo del emperador. Los Shang, un pueblo vasallo durante algunos siglos de los Xia tomaron el relevo e instauraron su propia dinastía entre 1600 y 1400 a.C.
Los Shang tuvieron 30 emperadores, el primero se llamó Tang y fue el que derrocó a Jie de los Xia mandándolo a su casa. Los Shang crearon una cultura que se llamó Erligang y que tenia grandes ciudades rodeadas de muros gruesos y que se dedicaban a la creación de objetos de bronce, metal que traían de zonas lejanas, siendo la verdadera primera cultura de la Edad del Bronce en el lejano Oriente y la primera dinastía de la que se sabe que sus emperadores existieron realmente.
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