O solo ante el peligro podría titular este capitulo, porque Sapiens (al que desde ahora dejaré de llamar Sapiens porque es obvio que somos nosotros mismos) se queda sin compañeros de viaje. En parte es él mismo quien arrincona a Neandertal en sus últimos refugios de España, Italia y Grecia ya que se adapta mejor a los cambios que van surgiendo en Europa. En África y Asia ya es el rey indiscutible. Europa va perdiendo la vegetación, la pueblan enormes mamíferos como el mamut y el rinoceronte lanudo o el ciervo gigante y para Neandertal, que caza poniendo trampas y con armas muy blandorras, es un rollo esto de ir de caceria. Sapiens sin embargo viene de las estepas asiaticas y está acostumbrado a ese clima y a ese tipo de caza. No trae un Kalasnikov, pero ha aprendido que con una cuerda y una rama hace un arco y si le añade una punta de hueso a la flecha hace más pupa. Tambien inventa la azagaya que es un palito donde se apoya una lanza y que al lanzarla sale disparada con más fuerza, eso entre otras cosas. Y a cazar mamuts se ha dicho. Un portento Sapiens y encima le da por pintar paredes. No es un grafitero, pero como no tiene casas donde hacerlo ni está aun abierto "el Prado", pues se pone a pintar donde puede, en las paredes y techos de las cuevas. ¿Y qué pinta? "Las meninas". Bueno aunque quizás para ellos así lo parezcan lo cierto es que pinta otras cositas. Caballos, bisontes, gente cazando o bailando, sus manos, puntos y líneas. Sin que nos oiga ningún Sapiens, hay dibujitos que parecen de jardín de infancia. Quizás es porque por aquel entonces su tecnica pictórica no daba para más.
Y mientras, ¿qué hace Neandertal?. Verlo todo desde lejos y pensar que este mundo no es para ellos ya. Como esa abuela que ve a los niños jugando en el parque y a los jovenes jugando al basquet y piensa que ya lo tiene todo hecho.
Da pena sí, pero así fue. Cinco mil años conviviendo con nosotros cuando, hace 28 mil tiró la toalla. Imagino al último Neandertal, su frente fruncida, su boca grande, su ancha nariz. El pelo ya canoso y algún diente menos. Se asomaria a la entrada de la cueva que le serviria de abrigo en ese último invierno. Se rascaria el hombro mientras se abrigaba con la capa de piel de oso y dandose la vuelta para morir en su cueva nos diria a los que allá abajo correteabamos entre las matas: "Anda y que os den, Sapiens de mierda. Ahí os quedais. A ver que haceis ahora, no se os atragante el mamut."
Historia de España para peperos
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Pues resulta que eran un grupo de colegiales que, jugando jugando, nos
salvaron de los malos rojos con cuernos y rabo, y luego vino un señor muy
bueno m...
Hace 10 años
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